Entrevistamos a Fernando Calderón. Director y Fundador de Escuela Lean, una consultora empresarial especializada en formación avanzada bajo esta metodología.
ENTREVISTA:
Hola Fernando: ¿puedes explicarnos brevemente por qué la filosofía Lean puede llegar a ser el mejor aliado de tu negocio con su optimización de procesos?
Hola. Pues porque la metodología aporta un enfoque práctico para mejorar la producción, o el servicio, de forma que permite identificar de forma directa los elementos y parámetros de los procesos que influyen directamente en los plazos de entrega y en la eficiencia y, por tanto, en la cuenta de resultados y la sostenibilidad futura de la empresa. Tiene además la ventaja de que sus principios y técnicas son fáciles de entender, ya que son muy intuitivos, aunque su aplicación requiere de la aplicación de una metodología y experiencia determinadas.
¿Cualquier tipo de empresa puede aplicar la metodología Lean?
Efectivamente. Existe mucha falsa creencia y muchos tópicos sobre que es una metodología propia de industrias, pero las múltiples experiencias de éxito que existen a nivel mundial, demuestran que la metodología Lean es aplicable a cualquier sector de actividad de cualquier país. En el caso de la Escuela, por ejemplo, hemos ejecutado o estamos ejecutando proyectos de consultoría y formación basados en Lean en sectores tan diversos como el hospitalario, la enseñanza reglada, la administración de fincas, el agroalimentario, la administración pública, la construcción, la restauración, los servicios de reparación, la distribución y el comercio al por mayor o el mantenimiento, por citar algunos casos de otros sectores.
¿Cuántos años llevas asesorando a otras empresas? ¿Puedes comentarnos algunos errores comunes detectados?
La Escuela acumula una experiencia de más de 25 años, y nuestros consultores tienen una experiencia mínima de 15 años en el campo de la consultoría. Esta experiencia es para nosotros clave puesto que sobre ella se basa la propuesta de valor que realizamos a nuestros clientes.
Más que de errores, prefiero hablar de oportunidades de mejora, o de “tesoros”, que es como nosotros las llamamos coloquialmente con nuestros clientes: si esa oportunidad se gestiona adecuada y eficazmente, tendrá un efecto en la cuenta de resultados antes de lo que uno se piensa.
Como oportunidad de mejora más frecuente y con mayores posibilidades, yo destacaría la escasa profesionalización de los mandos intermedios de muchas organizaciones. Un buen técnico, o un buen operario, no tiene por qué resultar ser un buen jefe. Con independencia de algunas características personales que pueden ayudar, existen dos aspectos fundamentales que las organizaciones debemos cuidar para asegurar que esos responsables acaben ejerciendo como verdaderos líderes.
Con independencia de las capacidades propias del liderazgo al nivel que corresponda, hay que asegurar que éstos conocen, comprenden y, especialmente importante, son capaces de aplicar y hacer aplicar los principios y valores de la compañía. Puede parecer un cometido sencillo pero no lo es, ya que la mejor forma de hacerlo es precisamente mediante un comportamiento personal coherente con dichos valores, predicando con el ejemplo de forma cotidiana, y esto es lo realmente difícil.
El segundo aspecto es el necesario para su otra misión principal: que el equipo trabaje de manera eficaz, en tiempo, y eficientemente, con los recursos justos. Esto requiere de una cierta capacidad de abstracción, de ver más allá de lo que hoy o ahora está sucediendo en la fábrica o en el servicio, y el dominio de técnicas que le permitan identificar en todo momento dónde se encuentran los cuellos de botella y las oportunidades para mejorar el proceso de forma continuada. Los resultados de hoy son conseguidos por los operarios y profesionales, y son consecuencia de acciones que mayoritariamente se han acometido antes de hoy.
La misión del mando intermedio en este caso es la de conseguir un método de planificación y un proceso de trabajo eficiente, estable y robusto, y la de entrenar al equipo, de forma continuada, para conseguir que trabajen de una forma eficiente en las diferentes condiciones del mercado y de la fábrica (o servicio) que puedan darse.
En este sentido, tanto nuestros proyectos de consultoría como en las acciones formativas de la Escuela se potencian y mejoran estos aspectos.
¿Cuál crees que es la principal barrera para que una empresa crezca?
Básicamente creo que son de dos tipos: las externas y las internas.
Entre las externas habría que incluir el grado de interés del mercado por ese producto o servicio, la competencia existente y la posibilidad de que la empresa pueda optar a nuevas tecnologías que le permitan continuar mejorando, aunque esta última también puede considerarse interna.
Respecto a las barreras internas, siempre decimos que la principal es la resistencia natural al cambio que las personas normalmente mostramos. Sin embargo, esa resistencia natural sería menor si nuestro sistema educativo, y los sistemas de formación y gestión de las personas en las empresas, fueran muy distintos. Existe un escaso fomento por parte de los directivos de una cultura del aprendizaje y de la mejora de sus equipos basados en métodos que fomenten y dinamicen la participación activa de los profesionales en las mejoras, de forma que éstos vayan teniendo cada vez una mayor capacidad de resolver problemas y de afrontar retos. La generalizada orientación al “día a día” y a “apagar fuegos” nos ciegan de una forma poderosa y no nos dejan ver posibilidades reales de mejora que podemos tener delante de nosotros. Sólo hay que ver lo fácil que resulta identificar los problemas cuando son de fuera, o de otro, y lo difícil que es llegar a ver el nuestro. En la Escuela empleamos técnicas específicas, desarrolladas a partir de nuestra dilatada experiencia, que ayudan por un lado a las personas a mejorar esta visión y sus capacidades y por otro a las empresas para establecer métodos eficaces para el análisis y la solución de problemas.
¿por qué es importante apostar por la formación que imparte Escuela Lean?
Pues por todo lo comentado. Nuestras acciones formativas son eminentemente prácticas, basadas en ejercicios y casos reales a los que las personas han de enfrentarse cotidianamente. Disponemos de actividades específicas tanto para colectivos de perfil alta dirección, para mejorar su desempeño como líderes, como de mandos intermedios o de operarios, en los que es clave conocer las técnicas básicas de Lean y aprender a trabajar en equipo. Potenciamos la formación “haciendo”, aplicando simultáneamente lo aprendido sobre un proceso específico de la empresa, de forma que se pongan en práctica los conceptos y, de paso, se mejore el resultado de la actividad, con lo que la ganancia es múltiple: la empresa mejora sus resultados; los participantes (y la dirección, si no está entre los participantes) comprueban la validez de la metodología Lean para analizar y mejorar los procesos y ven recompensado su esfuerzo por los resultados alcanzados, y actúan como principales valedores y comunicadores del éxito, lo que facilita el emprendimiento de nuevas actuaciones.
¿Cuál dirías que es la principal misión de Escuela Lean?
Poner a disposición de las organizaciones y de los profesionales toda nuestra experiencia y saber hacer para la mejora del rendimiento, desde la colaboración en el desarrollo de estrategias, el análisis de la organización y gestión existentes o la mejora del rendimiento de procesos concretos, tomando como base los principios de liderazgo y gestión de la metodología Lean y aplicando sus diferentes técnicas para mejorar. Nuestro foco siempre es, desde el inicio, la mejora de la cuenta de resultados en el caso de las empresas, o del rendimiento del presupuesto y de los equipos en la administración pública.
¿la optimización del tiempo es clave en una empresa?
La optimización del tiempo es clave para todo, incluyendo para la empresa. Solemos quejarnos, en general, del poco tiempo que tenemos, y sin embargo con frecuencia actuamos de una forma no coherente con esa queja. Pensemos en expresiones que utilizamos comúnmente y que pienso ponen de manifiesto esa falta de coherencia: “dame un segundo”, “dame un minuto” o “estoy contigo en cinco minutos”. Queramos o no, son indicativas de que en el fondo no gestionamos nuestro tiempo y el de los demás con la precisión y el respeto que merecen.
No me refiero a que tengamos que convertirnos en una especie de autómatas cuya vida se rija por un reloj, pero sí a que tomemos conciencia verdadera de la relevancia de una gestión eficaz del tiempo para que realmente nos cunda, sea en el ámbito profesional o en el personal.
Otro ejemplo de esta situación son las reuniones. Asistimos con frecuencia a reuniones en las que se debate y divaga sobre temas y problemas recurrentes, que nunca llegan a resolverse definitivamente precisamente por no analizarlos con calma, con tiempo. En este sentido, también existen posibilidades generalizadas de mejora de la eficacia de las reuniones, especialmente si se adopta una cultura de análisis basado fundamentalmente en datos, no en prejuicios ni opiniones. Cuando se dispone de ellos, el tiempo se vuelve mucho más rentable y la motivación de los equipos mejora.
A partir de nuestra dilatada experiencia en la dirección y ejecución de proyectos de mejora, en la Escuela hemos perfeccionado técnicas para una gestión eficaz del tiempo, algunas conocidas y otras propias, que incluimos en nuestras acciones formativas sobre esta materia.
¿Puedes darnos alguna clave para la mejor gestión de equipos?
Principalmente una: la capacidad y entrenamiento de la persona líder del equipo. De su actitud, de su capacidad de generar una visión común y compartida hacia el objetivo, de establecer y comunicar prioridades, de orientar cotidianamente la acción de cada miembro y tutorizarlos en ese camino o de cohesionar y proporcionar ayuda.
Este aspecto está al alcance de cualquier empresa y es clave para impulsar la cuenta de resultados. Para ello es necesario que la alta dirección no piense que una vez nombrado el mando intermedio se ha resuelto el problema, y que destine tiempo al entrenamiento de sus mandos intermedios como verdaderos líderes.
¿Cuáles creen que son los beneficios del teletrabajo?
El teletrabajo, siempre y cuando el puesto de trabajo lo permita, es una buena opción según sean las necesidades de las personas. Hay que tener en cuenta que no todo el mundo quiere teletrabajar. Este hecho se ha puesto especialmente de manifiesto como consecuencia de la pandemia. El teletrabajo exige un esfuerzo de autodisciplina y disponer en casa de una zona adecuada para ello. Por esta razón, el teletrabajo creemos que es una buena opción a plantear a las personas y trabajos que efectivamente reúnan las condiciones, ya que a la persona le permite una mejor conciliación de su vida personal y aumentar su productividad al no perder tiempo en desplazamientos al lugar de trabajo, y a la organización también le puede permitir determinados ahorros de espacio y alquileres.
¿algún consejo para implantar el teletrabajo en tu empresa?
En la Escuela, desde su inicio, es la forma principal de realizar el trabajo de oficina. Donde nuestros profesionales añaden verdadero valor es estando en las instalaciones de nuestros clientes, analizando directamente sus sistemas y procesos o trabajando con sus líderes y equipos.
Para adoptar el teletrabajo de una forma eficaz, es necesario trabajar la cultura de la organización, de forma que los profesionales puedan pasar a un sistema de trabajo por objetivos, en el que los profesionales sean valorados por su desempeño y por lo que consiguen, en vez de estar basado en un sistema regulado por control horario de asistencia.
En este sentido, creo que existen muchas oportunidades y queda mucho trabajo por hacer, tanto en la mejora de la autodisciplina personal como en la de los sistemas de seguimiento y apoyo de las organizaciones para conseguir que el teletrabajo se convierta en un medio eficaz y más eficiente que el trabajo presencial.
Gracias por tu colaboración.
Más información sobre Escuela de Lean en www.escuelalean.es
