Los podcast están adquiriendo una enorme relevancia en los últimos tiempos dentro del sector del periodismo y la comunicación. Se trata de un formato que permite la distribución de archivos multimedia que el usuario puede descargar o escuchar en el momento que desee. Dentro de este nuevo ámbito, Eduardo Gil, ha sabido ver las numerosas ventajas que ofrecen para medios de comunicación como la radio.
Eduardo Gil es periodista y presentador del programa radiofónico “La Jugada de Sevilla” que se emite en Canal Sur Radio todos los días de 15 a 16 horas de la tarde. Con una larga trayectoria dentro del mundo del periodismo, hoy nos habla sobre la importancia que tiene la integración de los podcast en el ámbito de la radiodifusión y nos comenta su visión particular acerca de la evolución y transformación que se está experimentando en el mundo del periodismo a raíz de la aparición de las nuevas tecnologías 2.0.
AE: El periodismo ha evolucionado en los últimos años, adaptándose a las nuevas necesidades de la audiencia. En este sentido, ¿cómo cree que ha afectado la era 2.0 al periodismo?
El sector vive un proceso de reconversión brutal fruto del cambio económico (crisis) que se solapa con la transformación digital.
Ahora hablamos de medios interactivos con una asombrosa normalidad cuando apenas tienen unos pocos años. Nos hemos vuelto multitarea casi sin darnos cuenta y es lo mínimo que debemos exigirle al periodista. Que tuitee, que fomente su marca personal y contribuya a la corporativa, sin olvidar que el mundo 2.0 representa el reto de diferenciarle más aún por la calidad de la información que ofrece. Aún me sorprende que haya atrevidos proyectos de prensa de papel en Sevilla que dejen para el final de plan de negocio su publicación online. Debería ser justo al revés. No adaptarse al nuevo entorno puede conducir al fracaso cualquier iniciativa.
AE: Los podcast se han convertido en una herramienta más al servicio del periodismo, ¿qué ventajas ofrecen?
Más pronto que tarde se impondrá el acceso secuencial a los medios. Es decir, veo lo que quiero cuándo y cómo quiero sin tener que estar pendiente de su emisión. Esa servidumbre se está acabando. Empezó por la radio y ahora todo es a la carta o bandeja de programas. Además, permiten detectar exactamente cuántos nos escuchan y su fidelidad.
AE: ¿Qué inconvenientes presentan?
Los directos siempre serán los directos. No hay podcast para las emociones, pero sí la selección de los mejores momentos. Realmente percibo un miedo atroz al cambio de modelo porque representa enormes incertidumbres. No debemos esperar a que cambien los hábitos de la audiencia, debemos estimular y acostumbrarles a esos cambios.
¿Desde su punto de vista profesional, ves más ventajas que inconvenientes en la llegada de los podcast en el día a día?
Siempre es una ventaja ya que amplifica tus posibilidades. Cada día los oyentes nos escriben para saber cómo pueden escucharlo y nosotros tenemos que ponérselo fácil. Hay joyas irrepetibles de la radio que tendrían miles de reproducciones a poco que sistematicemos los procesos. No todo acaba cuando termina el programa. Es la eterna pesadilla del periodista.
¿Por qué Canal Sur Radio decidió que su parrilla debía de tener sus propios podcast?
Es una decisión corporativa. Se trata de una extensión de nuestro afán de servicio. Ya no es una novedad, es una exigencia.
¿Qué tiene que hacer una persona si quiere escuchar alguno de los podcast de Canal Sur?
Acceder a la web de canalsur.es e ir a la sección de radio. De ahí en “a la carta” buscar el programa que desee escuchar. 3 sencillos pasos que en el futuro seguro serán aún menos.
La promoción de un podcast es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta de cara a la audiencia, ¿qué tipo de acciones se llevan a cabo para promocionar el podcast de “La Jugada» u otros programas?
Tenemos promociones en antena constantemente. Quizá deberíamos meternos en la cabeza que los propios locutores deben recordarla más a menudo.
¿Cuánto tiempo lleva en el periodismo?
Son ya 25 años desde que empecé con un programa de radio en una emisora llamada «Radio Azahar». Curiosamente, fue allí donde conocí a dos de mis actuales compañeros, Manolo Martín y Juan Bustos. Todo lo que sé del periodismo viene en la medida de lo que he aprendido en la radio. Primero fui radiofonista y después, poco a poco, me metí en el cuerpo de periodista. La gente suele decir que el proceso es al revés, pero yo lo he sentido así.
Como periodista, ¿ve fundamental adaptarse a las nuevas tecnologías?
No hay excusas para los no nativos digitales. Existen herramientas básicas de necesario conocimiento. Estamos obligados a mirar la realidad como fotoperiodistas, a programar contenidos, a editar archivos de sonido y multimedia. La noticia sigue siendo una, pero los soportes y canales por las que ofrecerlas se han multiplicado.
¿Qué le gustaría que cambiara en un medio de comunicación como es la radio?
Que entendiera el entorno digital y se adelantara a lo que viene fragmentando. La radio generalista es una amalgama de contenidos, pero cada hoja del árbol es diferente. Los contenidos deben ser limitados, breves. Puede que la radio se convierta en unos años en el audio de las redes sociales y la programación sea sencillamente un menú más.
